Es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego
diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se
percibe como amenazante o de demanda incrementada.
Síntoma provocado por alguna situación en problema, los síntomas son
algunos notables como el nerviosismo (Temblar) o estar inquieto. Otros
no son tan notables como la aceleración del corazón, las pupilas
dilatadas, la sudoración, la piel se torna ribosa y se erizan los vellos
de la piel (Como brazos o piernas).
La reacción del organismo se caracteriza por modificaciones
neuroendocrinas estrechamente mezcladas que ponen en juego el hipotálamo
(centro de emoción del cerebro) y las glándulas hipófisis y
suprarrenales (centro de reactividad). Esta reacción que es la respuesta
normal a un agente específico se produce en todo individuo sometido a
una agresión.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de lo cual hoy en día se confunde con una patología.
Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar,
bajo determinadas circunstancias frecuentes en ciertos modos de vida,
desencadenando problemas graves de salud.
Cuando esta respuesta natural se da en exceso se produce una
sobrecarga de tensión que repercute en el organismo humano y provoca la
aparición de enfermedades y anomalías patológicas que impiden el normal
desarrollo y funcionamiento del cuerpo humano. Algunos ejemplos son los olvidos (incipientes problemas de memoria),1 alteraciones en el ánimo,2
nerviosismo y falta de concentración, en las mujeres puede producir
cambios hormonales importantes como dolores en abdominales inferiores,
entre otros síntomas.
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